Juego de Damas. Laura Mascaró.

“En algunos países te planteas escolarizar o no escolarizar como aquí te planteas pública o privada”

“No hace falta dividir el conocimiento en asignaturas. El mundo no es así. Separan el conocimiento en asignaturas y no te enseñan a ver la relación entre ellas”

Laura Mascaró Rotger, abogada, escritora y madre homeschooler,  estuvo el pasado día 5  como invitada en el programa de Radio Libertad «Juego de Damas» (en breve disponible en podcast) que presenta quien estas líneas escribe.

Ella es conocida por su batalla en defensa de la libertad educativa, en relación con la cual ha publicado varios libros divulgativos relacionados con la educación en casa (“Educación y Libertad”, “Enseñar a pescar”), una opción en España minoritaria aunque en auge y bastante normal en países como Estados Unidos, India o Finlandia.

Qué es. Laura define el Homeschooling como “educar sin escolarizar, asumiendo integralmente la educación de los hijos sin delegar en terceros”. La educación en casa es libre, no reglada, y por ello lo primero a lo que objetan las familias que educan en casa, cuenta, es al curriculum escolar: “no hace falta dividir el conocimiento en asignaturas. El mundo no es así”.

“El niño educado en casa suele ser muy autodidacta. En Estados Unidos cada vez mayor número de universidades reserva un cupo de plazas para niños educados en casa, que son chicos que tienen otra forma de pensar y trabajar y tienen una motivación intrínseca, que sale de ellos. Estos niños no estudian para aprobar un examen, sino porque realmente les interesa la materia. Hay motivación en todas partes. Por ejemplo, elaborando una receta de cocina se estudia matemáticas y se ejercita la lectura. Hay que aprender a ver el aprendizaje en todas partes. Viendo la televisión también se puede aprender. En el colegio separan el conocimiento en asignaturas y no te enseñan a ver la relación entre ellas”.

Esa sería, en opinión de Laura, la mayor fuente de frustración y desmotivación de los estudiantes. “El timbre escolar lo que enseña es que no hay que terminar las tareas, puesto que cuando suena hay que dejar lo que está haciendo”, denuncia.

Derribando prejuicios. Una de las labores pedagógicas que se ha propuesto Laura es derribar los prejuicios que en torno a la educación en casa existen en la sociedad española. El principal, la supuesta falta de socialización de los pequeños, que niega rotundamente, puesto que salen a la calle y tienen contacto, como cualquier otro niño, con chicos de su edad. En este sentido, otro de los prejuicios existentes es la acusación de falta de rutina, de anarquía, en las familias que eligen este tipo de educación. Laura se defiende: “hay familias que reproducen el método escolar dentro de casa, pero la mayoría no. ¿A quién le gusta hacer lo mismo todos los días a la misma hora? A la mayoría de adultos tampoco nos gusta esto. Los niños deben tener tiempo para aburrirse, que es algo importantísimo”.

Lo cierto es que la mayoría de ellos, después de más de seis horas de colegio aún acuden a extraescolares. No queda espacio para el tedio. Tampoco para la creatividad.

La ley. Por otra parte, en España existe un vacío legal con respecto al homeschooling, siendo obligatoria constitucionalmente la educación pero no la escolarización. Empero, en estos momentos hay veinticuatro familias en España que están siendo investigadas y/o imputadas por elegir esta forma de educación. Y lo son ateniéndose la Fiscalía de Menores al tipo penal de abandono de familia, todo lo contrario a lo que en realidad sucede, aunque, advierte Laura, jamás se ha dado el caso de retirada de custodia de una familia homeschooler. “En España tenemos una Ley de Educación que está mal hecha y mal redactada, ya que mezcla ambos conceptos, dejándonos así en una especie de laguna legal. Que un niño esté escolarizado no es garantía de que esté bien atendido ni en el cole ni en su casa”, denuncia. “El protocolo de servicios sociales se tendría que cambiar”, reclama.

La innegable realidad es que en España, en donde la escuela comprensiva introducida en nuestro sistema educativo en los años ochenta ha fallado estrepitosamente: el fracaso escolar ronda el 30%, la violencia en las aulas se incrementa año tras año y los resultados educativos medidos a través de exámenes como el de Pisa dejan nuestro sistema educativo a la cola de la OCDE. De ahí que alternativas como la que ha elegido esta madre comiencen a ser cada vez más habituales.

“Igual que yo respeto que tú escolarices a tu hijo en donde quieras, debes respetar que yo lo haga en casa. Pero sucede que los homeschoolers escapamos a la ingeniería social que en España se está desarrollando a través del sistema educativo”, concluye, poniendo el dedo en la llaga.

Si tiene dudas acerca del Homeschooling les invito a que escuchen Juego de Damas. Se sorprenderán al saber que, Christopher Paolini, el autor de “Eragon”, jamás pisó una escuela.

2 comentarios sobre “Juego de Damas. Laura Mascaró.

  1. El conocimiento autodidacta es fuertemente arraigado en el entendimiento y la memoria por ser voluntario, selectivo y en numerosos necesariamente pretendido para alguna aplicación práctica en alguna utilidad técnica o profesional.

    Solo es posible en individuos de C.I. alto. El conocimiento adquirido en un aula universitaria, se reduce a lo que queda tras olvidarlo todo, sin embargo el conocimiento voluntariamente deseado, buscado y adquirido por un autodidacta es perenne y se contagia de sí mismo cada vez más, deseando más, y necesitando nutrirse de cada vez más como una especie de adicción incontrolable. La información asumida desde este interés incentivado por los propios resultados, se adhiere al tejido cerebral uniéndose a él como parte fundamental de él, sumando a anteriores y necesitando consumir cada vez más conocimientos y de mayor diversidad casi con avaricia, entrando en una dinámica de obsesión por entender e interrelacionar los múltiples aspectos del mundo y de la vida, recalando la mayoría de las veces en mares de dudas y de forma desordenada, pero en cotas de comprensión que la inmensa mayoría de titulados universitarios pocas veces soñarían con disfrutar.

    El autodidacta prescinde de «las Marías» y se lanza al meollo de lo que siente y atrae a su exclusivo interés, y es en ese interés donde absorberá conocimientos tan profundos y detallados que puede igualar e incluso superar a la mayoría de titulados veteranos, una vez que asume estos en base al entendimiento y comprensión o práctica, no dejando nada a la simple memorización. Su autoexamen solo lo autopasa o autoaprueba cuando satisface su necesidad de saber sobre determinada materia, tanto en aspectos puntuales como generales, a la vez que aguza y curte su espíritu de luchador y autosuficiente, constituyéndose en un liberal de vocación, independiente y genuino.

    Tal vez eso no convenga. Tal vez no convenga que nadie escape al formateo previo bajo el rigor de laminodoras como la EpC.

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