“Estrenos de cine, conciertos y hasta un musical completan la oferta académico-cultural del Congreso organizado principalmente por los chicos de Ignacio Arsuaga, acaso el español que mejor haya sabido jamás organizar un movimiento cívico independiente, y por tanto, ajeno a cualquier subvención, como es Hazte Oír”
Colas para acceder al recinto desde las 09:30 de la mañana, hora en que llegué al Palacio de Congresos de la Castellana. El VI Congreso Mundial de las Familias, magníficamente organizado, acoge este fin de semana a representantes provida y profamilia de todos los países del mundo. Como no podía ser de otra manera, la cita no ha estado exenta de polémica. Desde determinados ámbitos, vinculados a movimientos que beben en fuentes marxistas y sustituyen la lucha de clases por lucha de sexos, se llegaba a pedir histéricamente la prohibición (ya se sabe que estos movimientos de corte totalitario son reaccionarios y por ende prohibicionistas) de la celebración del mismo, aludiendo a algo así como que la cosa sería un festival del odio. Les aseguro que nada de eso percibí paseando entre los numerosos stands abiertos al público o asistiendo a las diversas ponencias que tuvieron lugar a lo largo de la jornada. Otros, que no han asistido, tildan el cónclave de ultraconservador. Claro que se trata de aquellos que ponen el ultra delante de todo aquello que no encaja en su ceguera ideológica. No hay que hacerles ni caso. Si tienen dudas, les invito a que mañana y pasado lo comprueben por ustedes mismos. Y es que el Congreso se extenderá a lo largo de todo el fin de semana. Estrenos de cine, conciertos y hasta un musical completan la oferta académico-cultural del Congreso organizado principalmente por los chicos de Ignacio Arsuaga, acaso el español que mejor haya sabido jamás organizar un movimiento cívico independiente, y por tanto, ajeno a cualquier subvención, como es Hazte Oír.
Familias enteras, que para eso hay un magnífico servicio de guardería, se acercaron a la capital para participar en el foro parlamentario, que reunió a representantes del poder político, nacional y extranjero, con líderes de la sociedad civil mundial. A la cabeza, el popular Jaime Mayor Oreja. Lástima que el gobierno de Mariano Rajoy renunciara a enviar a su ministra de Sanidad, quien, sin embargo, sí acude a los jolgorios organizados por el feminismo. (Sigue leyendo…)