Pablo Iglesias, cuyo único error hasta ahora ha sido despreciar la Ley de Hierro de las Oligarquías, ha sido elegido secretario general de Podemos con un porcentaje de votos similar al que sirvió para consolidar al hoy presidente del gobierno Mariano Rajoy al frente del PP en el Congreso de Valencia, alias Bulgaria. Aquel Congreso en que Esperanza Aguirre, hoy peleada con su sucesor González, cobardeó en tablas después de la espantada del entonces líder del PP valenciano Camps. Aunque en este caso la prensa, con esa miopía propia de los acomplejados, no ejercerá la misma crítica de entonces. La disidencia, esto es, el utópico Echenique, acaso el único que se lo había creído todo, incluido el camelo de la democraciainternadelospartidos, ha sido eficazmente laminado. En unas semanas nadie se acordará de él. Es lo que tiene vivir en la era del marketing y la comunicación. (Sigue leyendo en Vozpópuli…)