Apuntes a vuelapluma: la debilidad comunicativa del gobierno de Sánchez

Siempre se ha dicho que el centro-derecha comunica mal. Con razón. Entre otras cuestiones por las analizadas en un post publicado anteriormente aquí mismo y hace pocos días. Y que la izquierda lo hace estupendamente bien. No es para menos. Vean cómo se manejan con los medios tradicionales: a la chapuza de la moción de censura del gobierno del #PresidenteSinVotos han seguido filtraciones cuidadosamente planificadas para hacernos creer que Sánchez llevaba meses barruntando su gobierno. Pese a que los hechos (como la negativa de personajes como Almunia, que fuera Pablo Iglesias quien hablase con Puigdemont o la aparición en escena de un nuevo gurú), apuntan justo al contrario, a la improvisación. Y la prensa ha tragado con la historia. Incluso corre por ahí la conspiranoia de que Rajoy habría permitido la moción para fastidiar a Rivera. Y lo dicen o escriben sin carcajearse.

Sin embargo, hay un punto muy débil en la comunicación de este nuevo gobierno, pero que es fundamental para el buen devenir de un proyecto político, como ha demostrado sobradamente el odiado Donald Trump (Como recuerda Tim O’Reilly en «La Economía WTF,» Deusto, 2018, ya en mayo de 2016 Milo Yianopoulos habría vaticinado en Breitbard una posible victoria de Trump, porque éste «entiende internet»): internet. El Social Media, y dentro de éste, concretamente, las redes sociales.

El día de la toma de posesión del Gobierno, el nuevo Community Manager (¿un mono con un teclado?) del Ministerio del Interior, uno de los dos ministerios que tiene el monopolio de la fuerza (de las armas), enviaba un tuit absolutamente partidista

 

No sirve de nada la excusa de que son nuevos. Es un tuit absolutamente impresentable que indica que el PSOE no está cuidando las redes sociales, algo que sus rivales del PP deberían aprovechar a conciencia.

Pero hay más ejemplos. Hoy el gran Yago de la Cierva, especialista en gestión de crisis de comunicación, nos explica cómo afrontar una de estas en LA RAZÓN. Y pone como ejemplo la cuenta de Twitter del nuevo ministro de Cultura, Màxim Huerta, que ha decidido no borrar sus tuits más polémicos. A mi me parece bien, porque si un político no es capaz de sostener lo que ha escrito, mejor que se vaya a su casa.

Peeero, ese mismo Màxim Huerta ya no es un simple presentador mediocre de Telecinco. Ahora es ministro de Cultura nada menos. Y un ministro de Cultura NO puede escribir con faltas de ortografías.

¿Rolland Garros? ¿El ministro de Cultura? Su cuenta debería estar ya siendo gestionada por un profesional de las redes sociales y es evidente que o lo está, pero por un mal profesional, o que sigue siendo él quien publica sus tuits dejando al aire su escasa capacidad intelectual. (Otro tema es por qué filtra que va a nombrar a Del Bosque, luego lo niega, ahora filtra que va a elegir una mujer por ser mujer… no hay orden ni concierto en el gobierno, y eso es responsabilidad del nuevo gurú).

Y no llevan ni 10 días.

El Partido Popular debería aprovechar esta debilidad del PSOE para conformar opinión.

Vamos, digo yo.