Cuenta Fernando Botella en «Bienvenidos a la revolución 4.0» que la revolución tecnológica es una revolución cultural de primera magnitud. Un cambio que afecta a los liderazgos en las empresas (olvídense de los jefes autoritarios y las organizaciones altamente jerarquizadas). Que se llevará por delante a quienes no se adapten. El hombre de la revolución 4.0, el nuevo mono que vendrá a sustituir al mono sapiens, es humilde, empático, creativo, disruptivo y se cuestiona continuamente el statu quo. Porque es innovador. Algo similar a lo que relata Tim O’Reilly en «La economía WTF». Y las empresas modernas, los «unicornios» (parecían inviables, como Amazon, Uber o AliBaba y se están comiendo el mundo), premian eso: el pensamiento creativo, el poner en cuestión todo, el pensamiento lateral disruptivo.
Pues bien, leyendo hoy Vozpópuli, no se puede obviar que hay aún demasiado mono antiguo, demasiado ludita, que trata, como ha sucedido siempre a lo largo de la historia con las grandes transformaciones, de parar el progreso para mantener sus viejas costumbres.
Todos sabemos que las grandes editoras están en recesión. En este blog he escrito acerca de ello. La caída es inexorable por diversos factores. Pero ahora, ellos mismos, de la mano de los políticos, van a acelerar su desaparición. La por burocrática y oligárquica cuestionada Unión Europea acaba de aprobar la llamada «Tasa PRISA«. Para entenderrnos: nos quieren cobrar por compartir los enlaces a sus noticias. O sea, por enlazar, por ejemplo a ElPaís.com. Seguro que hoy los mono sapiens lo celebran.
Lo que no se dan cuenta es cómo vamos a reaccionar los que estamos ya en la nueva era y nos hemos adaptado a la transformación: dejaremos de compartir sus enlaces y sus digitales se hundirán. ¿Alguien se apuesta conmigo café y pincho de tortilla?
Los pagos por ESE contenido no funcionan ni funcionarán jamás. Para que funcione me tienen que ofrecer un Netflix o un AmazonPrime. Y va a ser que no es eso. Que está muy bien eso de decir que «por la información de calidad hay que pagar», y es verdad. Pero el debate está en el término «calidad». Y la mentalida antigua de marcarnos a los lectores lo que lo es y lo que no lleva y llevará irremediablemente al fracaso. Por cierto, ¿os he contado que estoy enganchada a la serie «Gotham» de Netflix? 😉
Los de PRISA y demás han hecho lo que comúnmente se llama un pan como unas tortas. Los reaccionarios luditas perdieron la batalla. Como la perderán ellos. La solución es sencilla: adaptarse. Ay amigo, pero eso supone ser humilde y salir de la zona de confort. Demasiado.
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Los enlaces son uno de los motores del SEO, el que los empiece a cobrar se convertirá en un apestado del que todos huirán y su web viajará a ese territorio ignoto que empieza en la segunda página de Google y que se visita menos que las Tierras al Norte del Muro
sin duda alguna