No quieren una República, quieren el poder absoluto.

Ante los ataques que, por parte de Podemos con la connivencia del PSOE, está sufriendo la Corona, conviene poner en perspectiva las intenciones totalitarias que se esconden detrás de dichas arremetidas. No nos encontramos en un debate entre República o Monarquía. Es más, Podemos desprecia profundamente el debate acerca de la República Constitucional, cuyo máximo defensor en España fue el intelectual Antonio García Trevijano. No. Ante lo que nos estamos es un intento de la izquierda de lograr un cambio de régimen político. De erigirse ellos en oligarquía única y hegemónica. De ahí la advertencia de Pablo Iglesias al PP: “no volveréis a sentaros en el Consejo de Ministros de España”. Recuerda demasiado a las advertencias que lanzó el linotipista Pablo Iglesias, el del PSOE, contra Antonio Maura, jefe del Gobierno el 7 julio de 1910. El 22 de julio Manuel Possá Roca, miembro de las juventudes del Partido Radical, intentó asesinarlo.

El proyecto de poder de Sánchez e Iglesias, cuyo alma máter es Rodríguez Zapatero, es antidemocrático. De ahí el intento de colonización de todas las instituciones, como estamos viendo con el Poder Judicial; permitir la subversión de las leyes como estamos viendo en el caso de los golpistas de Cataluña, o la sustitución de instituciones democráticas por alternativas “del pueblo”. Esto último sucedió en Madrid bajo los gobiernos de Manuela Carmena, cuando sustituyeron la legitimidad democrática de las Juntas Municipales de la ciudad por unos foros que, según ellos, representan la voz del pueblo. Ellos, por supuesto, son el pueblo. Y el no pueblo es todo aquél que ese le opone. Algún día Ciudadanos tendrá que explicar por qué se ha negado a la derogación de dichos foros, Acaso no lleguen a comprender la gravedad de permitir la constitución de instituciones alternativas a las democráticas.

Para lograr su objetivo los totalitarios necesitan demonizar la Transición hacia la democracia, que se hizo por vía de reforma, contando con el apoyo del PCE y el PSOE de entonces. La transición por vía de ruptura, que es lo que hoy está encima de la mesa, la defendían momento los más radicales, los leninistas de la banda terrorista ETA. Y los separatistas. Podemos es heredero intelectual de aquél intento de “venganza”, que fracasó entre la sociedad española que salía de 40 años de dictadura, que a lo único que aspiraba (y aspira) es a vivir en libertad. Tienen, también, que liquidar la Constitución de 1978. Y no vamos a permitir que lo hagan. Porque lo que nos jugamos es nuestra libertad. La de todos.

Publicado en El Noticiero de Madrid el 1 de octubre de 2020