Contra el antisemitismo

Fuerzas de seguridad junto a un charco de sangre tras un tiroteo en Bnei Brak (Israel) durante los atentados sangrientos de marzo de 2022.

Hoy, en la Asamblea de Madrid, hemos aprobado definitivamente, con los votos de PP y VOX, el Proyecto de Ley con remisión al Congreso de los Diputados que busca impedir que las organizaciones antisemitas se financien con dinero público. Que he tenido el honor de defender. Un honor inmenso que para mí justifica cualquier sinsabor de la política, que les aseguro son muchos. Porque se trata de acabar con la nueva cara del antisemitismo de siempre que, además, se nutre de fondos públicos. Si se aprueba en el Congreso de los Diputados, a donde será ahora remitido para su debate, habrá merecido la pena.

En mayo de 2016 el comunista ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid aprobó una moción antisemita que llamaba al boicot de Israel. La moción fue anulada por el juzgado de Instrucción nº 4 de Madrid. Pues bien, declaraciones judeófobas de Boikot, Desinversión y Sanciones (BDS) a Israel como ésta se han ido aprobando a lo largo y ancho de toda España. Y la Justicia, gracias a organizaciones como A-COM, las han ido tumbando una a una. En Molins del Rey (Cataluña), se impidió que la selección femenina de waterpolo de Israel pudiera competir contra la de España con el único argumento de ser israelí. Es algo inaceptable. Pero es que, además, el antisemitismo está repuntando en la Unión Europea, algo típico de momentos de debilidad de nuestro Continente, como demuestra la historia. La ONU, ese argumento de autoridad para las izquierdas, señaló en 2019 que «los objetivos, actividades y efectos del movimiento BDS son fundamentalmente antisemitas».

La Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA) consiguió el 26 de mayo de 2016 que 31 países, entre los que se encuentra España, adoptasen una definición práctica de antisemitismo, que desde el PP de Madrid queremos reforzar prohibiendo subvencionar a quienes promueven este odio con dinero público.

Pues bien, desde el Grupo Popular en la Asamblea de Madrid presentamos ese proyecto de Ley que ya ha cumplido con todos los trámites parlamentarios y que, gracias a la aprobación de hoy en Pleno, será remitido al Congreso de los Diputados, donde todos tendrán que retratarse.

Las enmiendas de los grupos, debo decirlo, han sido abracadabrantes. El PSOE, con ese TOC patológico que sufre desde que Felipe sacara de paseo al dóberman allá por los años 90, ha querido introducir el franquismo en este Proyecto de Ley. Vamos, que han querido banalizar el antisemitismo, que es muy anterior al franquismo o al propio nacional socialismo alemán de los años 30. O no se enteran de lo que ha firmado su gobierno con la declaración del IHRA o Lobato ha querido dar marcha atrás, porque siendo Hannah Halloul portavoz del PSOE en la Asamblea, su partido votó a favor de este proyecto de ley en su primera fase. Cambiado el líder, decidieron enmendar de esta manera infantil y patológica. Esto no va de condenar el franquismo, cosa que el PP ya hizo en el Congreso de los Diputados en noviembre de 2002 bajo los gobiernos de José María Aznar. Esto va de discriminación y judeofobia. De no repetir la historia, señor Lobato.

Lo de Más Madrid, directamente, no tiene nombre. Han presentado enmiendas donde enmiendan la plana al propio gobierno y a la IHRA. Son cobardes. No se atreven a votar en contra (se abstuvieron en el trámite inicial), pero luego han tratado de desvirtuar completamente la iniciativa.

Vox ha votado a favor, apoyando desde el primer momento la iniciativa. Y Podemos, mucho menos hipócritas que los de médico y madre, en contra.