Ley Sinde-Wert

“¡Qué fácil tenían arrinconar la aberración socialista para ponerse a redactar una nueva Ley de Propiedad Intelectual que, conjugando los intereses en juego y respetando las reglas del juego democrático, fuera acorde al siglo XXI! ”

Que el PP iba a derogar el canon digital no puede sorprender a nadie. Desde 2008 lo llevaba anunciando en su programa electoral. Lo abracadabrante ha sido la decisión de sustituir el convoluto digital, expoliado a PYMES, autónomos y ciudadanos y decretado ilegal en varias sentencias, por el expolio de toda la sociedad en forma de la denominada “compensación por copia privada”. Y es que ahora las entidades de gestión de derechos de autor, que están encantadas de la vida porque el PP les ha solucionado de golpe y plumazo la impopular papeleta y no han devuelto aún que se sepa lo indebidamente cobrado, seguirán llenando sus arcas a cargo de los Presupuestos Generales del Estado. O sea, que mientras que se recorta la productividad a los funcionarios, se machaca a las clases medias que trabajan gravando hasta niveles confiscatorios el IRPF, se penaliza el ahorro y se expolia a los pequeños propietarios en forma de IBI para mantener el despilfarro municipal, los de la SGAE seguirán engrosando sus cuentas bancarias a costa de todos los ciudadanos.

Como si no sólo esto fuera suficiente para escandalizar al personal, José María Lasalle, defensor de un curioso liberalismo apellidado “simpático” (ya se sabe qué hay de cierto cuando se adjetiva un sustantivo) nombrado Secretario de Estado de Cultura, presidirá la temida Sección Segunda creada por Ángeles González-Sinde para ganar aquello que la Justicia iba denegando y que decidirá, con mínima intervención judicial y siempre limitada a la ejecución de la medida decidida por los comisarios políticos, qué webs tienen derecho a existir y cuáles no. Todo un canto al totalitarismo que desde la Asociación de Internautas, advierten, será denunciado ante el Tribunal Constitucional –como si éste fuera garante de algo; ilusos-. ¡Qué fácil tenían arrinconar la aberración socialista para ponerse a redactar una nueva Ley de Propiedad Intelectual que, conjugando los intereses en juego y respetando las reglas del juego democrático, fuera acorde al siglo XXI! Sin embargo, han elegido quedarse atrás. E intentar que el resto tampoco avance.
Queda en el aire si se perseguirán las páginas que contengan enlaces, aunque me temo lo peor. Esta gente no entiende lo que es la Red: un gigantesco enlace. La policía del pensamiento 2.0 ha sido creada por el gobierno de Mariano Rajoy al tiempo que deja desprotegidos a los autores que deciden publicar libremente sus obras. Genios.

Además de ineficaz, no se enteran que no se le pueden poner puertas al campo, la legislación recién aprobada desincentivará uno de los sectores con mayor futuro, que es el tecnológico. Varapalo pues, a los emprendedores. En Estados Unidos, en donde la sociedad civil está mucho más organizada y los emprendedores sienten menos temor ante el poder político, las grandes compañías de internet, de Facebook a Linkedin pasando por Wikipedia, Twitter o la mismísima Google, podrían ir al a huelga el próximo 23 de enero para protestar contra la SOPA, que no es otra cosa más que la Ley Sinde-Wert en versión useña.

Quizá, sólo quizá, cuando ese día José Ignacio Wert y José María Lasalle intenten acceder a la Web y les falle casi todo se darán cuenta de la barbarie cometida. Google, el gigante portal de enlaces, no hubiera podido nacer en España con esta injusta ley. Debido a gentes como ellos. Menuda tropa.

5 comentarios sobre “Ley Sinde-Wert

  1. Hay que recordar además, que esa denominación, la de «compensación por copia privada», no es algo que venga a sustituir al canon digital, puesto que ya es así como se le denomina en el artículo 25 de la Ley de Propiedad Intelectual, y que por tanto la denominación en sí no introduce ninguna novedad, aunque alguno de nuestros representantes políticos hayan querido darlo a entender en alguna rueda de prensa.

    Además, a este derecho de remuneración, irrenunciable por parte de autores y artistas, y gestionada su recaudación a través de las entidades de gestión correspondientes, se le exige por Real Decreto que sea «equitativo», entendiéndose por ello que han de establecerse tarifas proporcionales al valor del bien que remunera, y y a la intensidad del uso realizado (de la mencionada copia privada, se entiende). Y de hecho las entidades de gestión han sido sancionadas en alguna ocasión por considerarse que las tarifas aplicadas no cumplían este criterio. En el propio artículo 25 de la LPI se mencionan una serie de criterios que habrían de tenerse en cuenta a la hora de establecer la cuantía de esta compensación. Por tanto, la modificación de la aplicación de este derecho de remuneración como mero fruto de la negociación entre el estado y las entidades de gestión (como parece que va a suceder), y con cargo a los presupuestos del Ministerio de Cultura, no parece la solución más acertada, toda vez que la primera sentencia en contra del canon ya lo tachaba de tasa «indiscriminada» (además de contraria a la directiva europea). Parece difícil imaginar impuesto revolucionario más indiscriminado y más propio de república bananera que el que se dibuja sobre nuestros horizontes…

  2. Yo también me quedé sorprendido con eso de que «habían suprimido el canon» hasta que me enteré que ahora va a cargo de los presupuestos del estado… en vez de poner una hoja de ruta para modificar el canon a lo que dicta el TJUE lo que han hecho es que lo sigamos pagando todos… ¡menuda solucion!

  3. Quizá, sólo quizá, cuando ese día José Ignacio Wert y José María Lasalle intenten acceder a la Web y les falle casi todo se darán cuenta de la barbarie cometida.

    No creo que ellos tuviesen problema. Son capaces de crear una Internet de dos velocidades: una para los que son como ellos (sin límites) y otra para el resto (con todos los controles y la Section Two por si alguien «persiste en comportamientos poco ejemplares»).

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